Un amigurumi cuento para esta noche de jueves.

Hubo una vez, en un reino hace largo tiempo olvidado, una pequeña niña que se llamaba Matilda. 

Si alguien le hubiera preguntado qué era lo que mas deseaba en el mundo, Matilda hubiera contestado, sin dudarlo ni un momento, que un perrito. Soñaba con tener una pequeña mascota a la que cuidar y mimar. 

Un día mientras paseaba por un bosque cercano a su casa, se encontró con un hada madrina que, enternecida por los suaves cantos de la niña, quiso concederle tres deseos.

La madre de Matilda se encontraba enferma, así que la pequeña gastó su primer deseo en pedir salud para ella. Después reparó en que, como su padre había perdido su trabajo en el molino, no tenían dinero. Así fue como Matilda, pidió su segundo deseo. Un trabajo para que su padre pudiera llevar, al menos, una comida caliente al día para su familia. Cuando sólo quedaba un deseo... Un preciado deseo que podría proporcionarle una pequeña y adorable mascota, la niña pensó que, debería pedir una casa en la que vivir, ya que la que tenían estaba a punto de derrumbarse. Todos sus peticiones fueron atendidas, pero Matilda se había quedado sin su pequeño perrito... 

Cuenta la leyenda que, cuando las haditas del Reino Encantado conocienron el sacrificio que había hecho Matilda al renunciar a su deseo para ayudar a su familia, le dejaron un regalo en el alféizar de la ventana. 

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Besos y deseos cumplidos, 

Casiopea ♥